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jueves, 16 de febrero de 2012

MI PEQUEÑA GRAN ESCUELA

MI PEQUEÑA GRAN ESCUELA: MI PEQUEÑA GRAN ESCUELA
Soy MAESTRA DE ESCUELA, sí………….lo soy. Pero no profesora, pero no de colegio, no lo soy. Aunque sí soy maestra por ese colegio y esas grandes maestras, por ese instituto y facultad, por esos grandes profesores que aunque ellos no se lo crean (sobre todo alguna maestra a la que recuerdo con mucho cariño) sí he llegado donde quizás ellos pensaron que llegaría.

Soy MAESTRA DE ESCUELA, y de escuela pequeña, muy pequeña, y es diferente…………y es igual…………, y está, la tenemos al lado.

Sí, en Liébana tenemos dos pequeñas grandes escuelas que aún subsisten (Espinama y La Hermida), y digo esto porque nos agarramos como podemos a un modelo de escuela que paulatinamente va desapareciendo y no porque queramos, sino porque inevitablemente la caída de la natalidad y otra serie de factores nos está ayudando a ser más pequeños cada día.

Pero estamos, contamos y participamos todavía en el organigrama de ayuntamientos, consejerías, ministerios,…Por lo tanto somos también escuela.

Y somos una escuela de calidad, de mucha calidad, donde la ratio alumno/maestra no se da en ningún otro entorno (23 alumnos y alumnas y 7 maestras) donde contamos con una dotación a nivel tecnológico (2 pizarras digitales, 12 ordenadores completos) y de recursos al mismo nivel e incluso más que cualquier otro centro. Donde cuentan también con unos servicios complementarios que facilitan y potencian que esos alumnos se mantengan en esas escuelas, que cuentan con unas maestras (digo maestras porque somos todas mujeres actualmente) implicadas en la vida del centro, en la tarea diaria, que quieren estar y que quieren permanecer en este y no en otro tipo de escuela. También son maestras de calidad.

Gracias a esos alumnos que traspasan la puerta de la escuela con una sonrisa y dicen que tienen ganas de ir a la escuela, que tienen ganas de trabajar. Gracias a los padres de esos pueblos que envían a sus hijos a esta pequeña escuela y luchan por ella si creen perderla, gracias a esas maestras y maestros que están, y los que no están porque ellos también han contribuido a ella. Gracias a todos los que ayudan, participan, contribuyen y forman parte de alguna manera de nuestro quehacer diario.

La contribución y apoyo de todos y, desde luego de los poderes públicos es absolutamente necesario para la continuidad de estas pequeñas escuelas que aportan calidad a la educación y que también son garantía de futuro en la formación de todos nuestros alumnos y alumnas.

Este es el boceto de mi “pequeña gran escuela rural”, seguramente no muy diferente de otras escuelas, de una escuela que quiere seguir participando de la vida de los pueblos, del despertar de sus vecinos, de su realidad diaria.

Para los que nos quieran conocer, estaremos encantados de “enseñarles” nuestros pequeños espacios, para los que no……..siento lo que se pierden.

Sonia García Vegas, maestra de escuela rural y, solo en ocasiones, directora del C.R.A de Liébana. Potes. Cantabria

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